Todos tenemos un “VICIO”. Y no hablo de hamburguesas.
Hablo de esa marca que se nos mete bajo la piel, que nos hace elegirla una y otra vez sin pensar demasiado en el precio.
Esa marca que, sin darte cuenta, se convierte en parte de tu vida.

En el mundo de la restauración, esa marca se llama VICIO.
En tu sector… ¿existe alguien que juegue ese papel? ¿O todavía queda un hueco que tu empresa podría ocupar?
El caso VICIO: no es fast food, es cultura
VICIO no inventó la hamburguesa. Pero inventó una forma distinta de hacerte sentir cuando la pides.
- Packaging que parece sacado de un desfile de moda.
- Campañas con un tono irreverente y cercano.
- Un relato que no habla solo de comida, habla de ti, de tu estilo de vida, de tu identidad.
Ese es el poder del branding: convertir un producto común en un símbolo cultural.
Dato clave: Según Kantar, el 77% de los consumidores compran por valores compartidos más que por características del producto.
Y eso fue exactamente lo que hizo VICIO: crear valores que la gente quisiera compartir.
Branding que vende (de verdad)
Aquí está la diferencia entre el branding superficial y el branding estratégico:
- Branding superficial = logo bonito, web moderna, fotos con filtros.
- Branding estratégico = posicionamiento claro, mensaje que conecta, identidad que transmite confianza.
El primero es un gasto.
El segundo es una inversión que multiplica ventas.
Dato clave: McKinsey estima que las marcas con una identidad sólida y coherente generan un 23% más de ingresos que las que no la tienen.
¿La razón? Porque una marca fuerte reduce la fricción en la decisión de compra. El cliente ya confía en ti antes de hablar contigo.
La historia se repite en todos los sectores
No hace falta ser una hamburguesería cool para lograrlo.
Mira estos ejemplos:
- Tesla: no vendió coches, vendió la idea de “cambiar el mundo con energía limpia”.
- Patagonia: no vende ropa, vende activismo medioambiental.
- Apple: no vende dispositivos, vende estatus, innovación y comunidad.
Y en sectores menos mediáticos, pasa igual:
– Una empresa industrial que parecía una más en la feria de Hannover cerró contratos internacionales después de redefinir su marca y su storytelling.
– Un fabricante de accesorios de moda pasó de competir por precio a exportar como marca premium gracias a un branding que transmitía valor y exclusividad.
El branding no es cosmética. Es el sistema nervioso de tu negocio.
¿Qué significa esto para tu empresa?
Significa que da igual si vendes tornillos, software, muebles o servicios financieros.
Tus clientes no compran solo lo que haces.
Compran cómo los haces sentir, qué representas, y qué lugar ocupas en su mente.
- Si tu marca no transmite autoridad, competirás solo en precio.
- Si tu branding no conecta, serás invisible.
- Si tu identidad no refleja lo que quieres ser, tus ventas estarán limitadas.
El coste de no invertir en branding
Hablemos claro:
- Cada vez que un cliente no te recuerda, pierdes una venta.
- Cada vez que tu marca transmite confusión, regalas la oportunidad a tu competencia.
- Cada vez que decides “no necesito branding”, tu empresa se queda atrapada en el rol de “proveedor más” en lugar de “referente”.
Dato clave: Nielsen indica que el 59% de los consumidores prefieren comprar nuevos productos de marcas que ya conocen.
Si tu marca no está construida para ser reconocida y recordada, ¿qué estás perdiendo cada mes?
El camino hacia un branding que vende
En DoingBS lo tenemos muy claro:
- Diagnóstico real de tu marca. ¿Qué perciben hoy tus clientes de ti?
- Posicionamiento estratégico. Qué lugar quieres ocupar en la mente de tus clientes (y cómo logramos que lo hagas).
- Narrativa y tono. El relato que va a enganchar a tu público y diferenciarte del resto.
- Identidad visual y digital. Que todo lo que hagas —web, redes, presentaciones, ferias— respire el mismo aire.
- Implementación orientada a ventas. Porque no se trata de diseñar un logo, se trata de multiplicar reuniones, propuestas y contratos.
Branding o invisibilidad
El branding no es solo para empresas grandes, es para empresas con visión.
No es para quienes buscan “verse bonitos”, es para quienes quieren crecer rentablemente.
Si algo nos enseñan marcas como VICIO es que el producto puede copiarse, pero la marca no.
Y ahí está la ventaja competitiva más grande que puedes construir hoy.
Si quieres que tu marca deje de ser invisible y se convierta en la opción obvia de tu sector, ahora es el momento.
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